martes, 14 de abril de 2009

RECUERDOS DE LÍRICA LONGEVIDAD...

Hace unas semanas se cumplía el trigésimo aniversario de la muerte de uno de los grandes tenores italianos del siglo XX, Giacomo Lauri-Volpi, cuyos restos reposan en la localidad de Burjassot junto a los de su esposa, hija de esa tierra. A pesar de que hoy no sea su nombre tan popular como otros de ilustres compañeros patrios de su país, por muchos motivos merece ser recordado y ensalzado, entre otras cosas por su técnica, lo que le permitió poder hacer demostraciones canoras tan recordadas como su intervención en el Liceo de Barcelona en 1972, cantando a sus ochenta años el Nessum Dorma del Turandot de Puccini. No era su voz la de treinta o cuarenta años antes ni que decir, pero...que pocos podrían emularlo a su edad.
Y por eso, y a pesar de que hay muchos otros ejemplos sonoro donde derrochara más lozanía, creo que ver a éste enorme cantante desafiando a la naturaleza es un gran recuerdo...




También hace pocos días ha sido el noventa y nueve cumpleaños de la también itálica Magda Olivero. Los pudo celebrar con nosotros pues aún vive y portentosamente bien para ser quasi centenaria. Si ha habido cantantes con voces más bellas y potentes, pocas han superado en expresividad musical a la gran Magdalena, cantante de considerable técníca, que fue categorizada como una de las voces más destacadas del siglo XX. Y en el caso de Olivero en el universo sopranil, lo mismo que Lauri en el parnáso de los tenores, gracias a su técnica y trabajo continuado ya la madre natura ha conservado hasta hoy gran parte de sus dones intactos. De hecho hace pocos años pude ver imágenes de la italiana impartiendo unas clases magistrales y sus recursos eran para dejar boquiabierto, sobre todo si se piensa en la edad de la dama. De ella, he elegido una interpretación de un fragmento de uno de sus papeles míticos, quizá el que más, el de Adriana de la ópera homónima de Cilea, en una toma videográfica registrada en Barcelona en 1993, teniéndo la soprano "tan sólo" 83 años...

...cuanto arte y que emocionante...





Y de propina, Olivero como Violeta en 1964...tiene tela y poco que envidiar a ninguna...

2 comentarios:

  1. La verdad es el "oficio" de cantar debe ser en este aspecto un poco frustrante; cuando se llega a una edad en la que se domina perfectamente la técnica, entonces se "escojona" el instrumento, debe ser como cogerle el Stradivarius a un violinista y partírselo en la cabeza.

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  2. Es el devenir propio del cantante. La voz es el instrumento más maravilloso que existe pero a la vez el más frágil. Hay que cuidarlo, ser cauto, inteligente...aún sabiendo que habrá un momento en que ócurrirá el comienzo del declive. En unos antes, en otros después.
    En otros instrumentos e instrumentistas la cosa es menos evidente, aunque el ejemplo tan gráfico del violín que pones Gesu es cierto.

    Grandezas y miserias del ser humano y su finitud.

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